viernes, 27 de abril de 2007

GUIÓN: Amor descerebrado, No te tropieces.

GUIÓN

PARTE 1 – Presentación de la protagonista (Melisa), los demás personajes y las relaciones tiene establecidas con ellos.

Melisa está dentro de la casa

Está sentada frente al espejo maquillándose (echándose labial).

Aparece Doña Agripina.

MELISSA: Hola abuela!

AGRIPINA: Hola hija, recuerda que ya te va a recoger Marlon

MELISSA: Sí abuelita, ya casi estoy lista

Pitan (se escucha un pito). Se despide de Doña Agripina.

MELISSA: Chao abuelita ya llegaron por mí. Te quiero, cuidate.

AGRIPINA: Hasta luego hijita, cuidate mucho.

Sale Melisa hacia Marlon, mira a la derecha y está el jardinero agachado trabajando. Él se queda mirándole las piernas. Piensa para él “Mmmm mamita rica y apretadita”.

MELISSA: Oiga usted qué está mirando? Qué tal… Siga trabajando.

Se saluda con marlon. sonríen y se van conversando.

Muestran al jardinero triste mirando a la pareja. Suena Chayanne.

PARTE 2 – Resumen

Melisa está llegando a su casa con Marlon. Se despiden de pico.

MELISSA: Chao bebé, cuidate mucho, te quiero.

MARLON:Chao hermosita! Yo también te quiero.

Él desaparece. Muestran a Melisa buscando las llaves en el bolso cuando se tropieza en la acera. En cámara lenta muestran cómo se le sale el cerebro por la boca.

TOMA1 – El pie cuando se tropieza. (Obstáculo + tacón)

TOMA2 – La boca abierta expulsando el cerebro.

TOMA3 – Ella entera terminando de caer hasta que queda completamente extendida en el suelo.

La muestran levantándose del piso confusa y tocándose la cabeza.

MELISSA:Uuf, creo que se me cayó el cerebro…

Le suena el celular, contesta adolorida.

MELISSA: Aló?

Una voz grave y extraña le dice:

X: Melisa te quedan tres días de vida si no encuentras tu cerebro, (risa macabra) ja-ja-ja!.

Cuelgan. Ella se queda perpleja. Cara de intriga-angustia. Grita al cielo.

MELISSA: Noooo!!!

-OTRA ESCENA-

Aparece dentro de la casa con una mano en la cabeza (le está doliendo). Se encuentra con Doña Agripina en la cocina.

MELISSA: Abuela, me está doliendo mucho la cabeza…

AGRIPINA: Qué te pasó?

MELISSA: Creo que se me cayó el cerebro… ¿Dónde hay dólex?

Empieza a tirar cosas hasta que encuentra una pastilla y se la acerca a la boca.

MELISSA: Nooooo!!

Doña Agripina le mete una cachetada que la tumba al suelo y le unta mantequilla a un libro, “Hacia una arquitectura” de Le Corbusier.

AGRIPINA: Esto te ayudará un poco mientras hacemos algo.

MELISSA (LE CORBUSIER): Gracias, como doy las gracias a los ingenieros de los ferrocarriles y a la compañía de teléfonos.

AGRIPINA: No hay de qué, descansa un rato para que busques tu cerebro.

PARTE 3 – Resumen

La llama Marlon y le dice que va para su casa a visitarla. Melisa intenta arreglarse y se maquilla mal porque no ve nada. Marlon entra a la casa, la ve con el libro y las gafas, le dice que le da asco, que no la quiere volver a ver, que lo avergüenza y que no lo vuelva a buscar.

MELISSA (LE CORBUSIER): ¡Eso no es cierto, son invenciones suyas, es usted un maniático!

Marlon se va sin despedirse. Ella se queda mirando a la puerta. Se dirige hacia una ventana y se asoma. Empieza a llorar. El jardinero que está trabajando ahí le empieza a hablar.

GILBERTO FLOREZ: Mujer, me enteré de tu accidente… Una mujer tan hermosa no merece el llanto.

MELISSA (LE CORBUSIER): Todos los hombres tienen el mismo organismo, las mismas funciones. Todos los hombres tienen las mismas necesidades.

GILBERTO FLOREZ: ¿Además tienes problemas de amor?

MELISSA (LE CORBUSIER): Sí, este muchacho extraordinario era un joven arquitecto; ya han pasado treinta años sobre sus cabellos.

GILBERTO FLORZ: Mujer de poca fe!… No te sientas mal, aquí estoy yo, puedes contar conmigo.

MELISSA (LE CORBUSIER): Gracias, como doy las gracias a los ingenieros de los ferrocarriles y a la compañía de teléfonos.

GILBERTO FLOREZ: Bueno, pues… si quieres puedes salir y buscaremos juntos tu cerebro..

MELISSA (LE CORBUSIER): Gracias. Mi casa es práctica. Además, la investigación de nuestros espíritus es otra.

GILBERTO FLOREZ: Está bien señorita… Estaré pendiente de su cerebro.

MELISSA (LE CORBUSIER): es inútil apresurar la limpieza.

Melisa se entra. Se asoma Doña Agripina.

AGRIPINA: Gilberto, cómo le va…

GILBERTO FLOREZ: Bien Doña Agripina

AGRIPINA: Escúcheme bien. Le pido que no se acerque a Melisa. Le queda terminantemente prohibido volverle a hablar, ¿está claro?

GILBERTO FLOREZ: Como ordene señora.

Enfocan a Doña Agripina con risa malévola. Se acaba la escena.

PARTE 4 - Salen a buscar el cerebro juntos y van entrando en contacto. Melisa y Gilberto se enamoran. Melisa empieza a convulsionar y en el último segundo de vida encuentran el cerebro y se salva.

Melisa aparece en la ventana más desarreglada. Está murmullano (quejándose) en voz baja. El jardinero se le acerca.

GILBERTO FLOREZ: ¿cómo sigues?

MELISSA (LE CORBUSIER): No confundas ese respeto, ese amor, esta admiración, con la insolencia y la indolencia de un hijo mimado.

GILBERTO FLOREZ: Pero no te pongas agresiva… No sé por qué esta situación me pone nervioso…

MELISSA (LE CORBUSIER): Porque provoca en lo más íntimo de nosotros, por encima de nuestros sentidos, una resonancia, una especie de tabla de armonía que se pone a vibrar.

GILBERTO FLOREZ: Melisa, ven aquí, busquemos tu cerebro, el tiempo se agota y no quiero que te pase nada.

Melisa sale al jardín y empiezan a tantear el césped como buscando el cerebro. En unos segundos ella empezará a tocarle las manos a Gilberto.

GILBERTO FLOREZ: ¿Señorita, qué hace?

MELISSA (LE CORBUSIER): Palpar es una segunda forma de vista

GILBERTO FLOREZ: Por qué no descansas… yo me encargaré de tu cerebro.

MELISSA (LE CORBUSIER): Que mi casa fuera un palacio…

Se miran a los ojos

GILBERTO FLOREZ: Enséñame a quererte.

MELISSA (LE CORBUSIER): Jamás me he preparado para la enseñanza.

GILBERTO FLOREZ: Quiero cepillarte, amor…

MELISSA (LE CORBUSIER): El hombre actual cepilla a la perfección una tabla con una cepilladora en unos pocos segundos

GILBERTO FLOREZ: Muñeca vamos allí, olvidemos el cerebro unos instantes… (le guiña el ojo)

MELISSA (LE CORBUSIER): , antes de que zozobren en el abandono o en la destrucción los testigos de nuestro comportamiento secular.

Melisa se detiene como si le estuviera doliendo algo,

MELISSA (LE CORBUSIER): He evocado suficientemente en estas líneas, el agudo momento nacido de las fuerzas presentes.

GILBERTO FLOREZ: No, no me abandones, Melisita bebé

Se desploma y empieza a convulsionar. Le sale espuma por la boca. Mientras ella está en el suelo, Gilberto mira desesperadamente a todas partes, hasta que se da cuenta de sus zapatos y ve algo incrustado en un tacón. Se detiene para examinarlo. Exclama.

GILBERTO FLOREZ: Espera, ¡aquí está tu cerebro! pero… es diminuto!

MELISSA (LE CORBUSIER): La proporcion ha intervenido. (Lo dice moribunda)

Gilberto le arranca el chicle (el cerebro) del zapato y se lo da en la boca. Melisa lo mastica y vuelve en sí. Gilberto la mira enamorado y ella lo mira confusa.

No hay comentarios: